Un juego a la vez

Hacer una sola cosa a la vez nos hace más productivos para entregarnos al máximo a ello

Montreal · Publicado el: 05/07/2013

Una de las cosas que más disfruto hacer en invierno es ver películas o documentales en la intimidad de mi salón, con una cobija que me cubra entero y olisqueando alguna bebida caliente. Pequeños placeres de la vida que nos hacen felices por un instante. De todas maneras, trato de elegir bien que voy a ver, no soy de sentarme a hacer zapping hasta rendirme para ver durante horas algo solo porque está ahí.

Hace un par de semanas, un sábado en la noche, cuando la calefacción de mi casa aún estaba encendida, decidimos entregarnos al plan pelicula. Siendo grandes amantes de las películas de animación decidimos ver una película que la verdad no prometía mucho: Ralph “el demoledor”, la historia de un pequeño personaje de videojuegos cansado de ser el antagonista y su búsqueda por obtener la aceptación de los otros personajes. Con Ralph aprendí dos cosas: la primera, no juzgar un libro por su portada, la pelicula parecia realmente aburrida pero finalmente me enganchó bastante y pasé un par de horas lo mar de divertidas; y la segunda, jugar un juego a la vez.

Creo que una de las bases fundamentales del minimalismo y de practicar el minimalismo en nuestras vidas se basa en esta pequeña frase de Ralph: jugar un juego a la vez.

El mundo y la sociedad han evolucionado de tal manera que para ser productivos nos vendieron la idea de ser multitarea: hacer informes al mismo tiempo que contestar un teléfono, responder un e-mail mientras atiendes a tu colega, escuchar música y leer, comer y trabajar en el mismo espacio y momento, trabajar y estar pendiente de las notificaciones de Facebook o Twitter o caminar y mirar tu celular.

La vida se va moviendo a una velocidad vertiginosa, vivimos pendientes del celular, nuestra bandeja de entrada de correo electrónico siempre está repleta de e-mails sin leer, mantenemos tareas por hacer siempre en cola o una lista 'to do' repleta de telarañas. A veces termina el día y sentimos que necesitamos que las horas y las fuerzas se elonguen un poco más para poder terminar aquellas tareas o deberes que dejamos por hacer.

El minimalismo no solo es recoger todo aquello que nos estorba y botarlo, regalarlo o deshacernos de estas, es también reducir al mínimo aquellas acciones que consumen gran parte de nuestro tiempo para hacernos más productivos. Y para ser más productivos también aprendí que hay que aplicar aquella pequeña gran máxima de Ralph: jugar un juego a la vez, hacer una sola y tan solo una sola cosa a la vez.

Quizás en otro instante de mi vida, mientras estuviera escribiendo este artículo tendría mi navegador con tres o cuatro pestañas abiertas, estaría escuchando la radio o la televisión, respondiendo a los mensajes de mi celular y corrigiendo la ortografía al mismo tiempo que redacto el texto.

Hacer una sola cosa a la vez nos hace más productivos, nos hace más eficaces, nos hace entregarnos al máximo a una sola tarea, en enfocarnos lo suficiente para terminar aquella sola tarea que ocupa esos cinco o diez minutos de nuestra vida para hacerla de la mejor manera posible evitando fracasos o repeticiones injustificadas. Creo que dedicar todo tu esfuerzo a una sola tarea será mucho más ameno de manejar, de trabajar. Personalmente llegué a leer cuatro libros a la vez, cosa que no hago más. Decidí entregarme a una sola lectura, leer un solo libro a la vez, enfocarme en él y disfrutarlo al máximo. Muchas veces la multitarea es solo el reflejo de querer llegar rápido a la meta sin disfrutar el camino.

Seguramente al igual que yo te habrás sentido desbordado, lleno de problemas o tareas por resolver, con el sentimiento de querer terminar todo al mismo tiempo y quedar libre.

Lamentablemente caemos en un círculo vicioso que nos atrapa y que si no sabemos gestionar no nos deja en paz. Tal como Ralph decidí no ser más un multitask, decidí dar un paso a la vez, leer un libro a la vez, hacer una tarea a la vez y disfrutar cada pequeño instante de mi vida. No quiero nunca más irme a la cama con el sentimiento de que 24 horas no son suficientes.

Si quieres acercarte más al minimalismo y conocer nuestra historia puedes leer nuestros artículos en lamaisonderriere.com o seguirnos a través de Facebook.


La maison derrière

Kazu y Eli Kazu y Eli, dos jóvenes esposos residentes en Montreal, Canadá. Un closet compartido, un gato y un pez. Minimalistas.
COMENTARIOS

ÚLTIMAS NOTICIAS

X
¿Qué estás buscando?